El hombre ha pescado durante miles de años con el objeto de satisfacer una necesidad biológica. Pero a diferencia de ello, hoy nadie necesita pescar para sobrevivir. En la medida en que la pesca ha ido perdiendo el carácter de necesidad alimenticia y ha comenzado a tomar uno de recreación, la llamamos pesca deportiva. Cuando uno pesca con el fin de recrearse, la presa no tiene mayor significado. Los que todavía hoy necesitan comerse la presa obtenida no lo hacen para satisfacer principalmente una necesidad biológica, sino para satisfacer necesidades socialmente construidas.
Las dos necesidades socialmente construidas más comunes por las cuales algunos pescadores matan su presa son: la necesidad de remuneración y la de reconocimiento social. Algunos consideran los pescados como una compensación económica por los gastos incurridos (viajes hasta los lugares de pesca, compra de aparejos, permisos de pesca, etc.). Otros buscan ser reconocidos socialmenete y necesitan mostrar que ellos son capaces de pescar con éxito. Estas dos razones son consecuencia del hecho de que vivimos en una sociedad donde lo comercial y la competencia dirigen y determinan la actividad social. Un buen ejemplo de esto es lo que algunos llaman la ”futbolización” de la pesca, donde el que saca más pescados gana.
La pesca deportiva, por el contrario, es una actividad que persigue recreación y vivencia. El objetivo principal de este deporte no es comer pescado, sino que desarrollar y gozar un conjunto de otras actividades relacionadas con la pesca como, por ejemplo, estudiar entomología, atar una mosca acorde con un modelo nuevo, observar el comportamiento de los peces, caminar por parajes naturales sin alterar el ecosistema, etc.
En la pesca, al igual que en todas las demás esferas de la vida social, existen diferentes fases de desarrollo. Una fase superior de desarrollo es la preocupación por la formación e instrucción individual para una satisfacción general. No se trata sólo de buscar satisfacción en el momento de lograr engañar a un pez después de muchas horas de estudio y observación de insectos, de atado de moscas y de estadía en medio de la naturaleza; se trata, además, de descubrir una dicha ulterior: soltar el pez atrapado y dejar que todo vuelva a su estado original. Para el pescador deportivo el contacto con el pez es sólo una parte de la vivencia total. La pesca deportiva es una actividad que está relacionada con principios ecológicos.
En esta fase superior de desarrollo el pescador no necesita matar al pez. En realidad no necesita ni siquiera sacarlo del agua si se usan azuelos sin rebarba (sin agalla). La pesca deportiva es una actividad en la cual el pescador no tiene motivaciones biológicas, sino ecológicas e intelectuales. En conclusión, la pesca deportiva implica un estilo de vida diferente, un estilo de vida en armonía con la naturaleza.